El día que conocí a Carlos Santana en el Hotel Ritz de Madrid

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A veces la vida te regala momentos que parecen sacados de un sueño. Hace solo unos días, viví uno de esos. Tuve el privilegio de conocer en persona a Carlos Santana, uno de los músicos que más me ha inspirado desde que era un niño. Y no fue en cualquier lugar, fue en el Hotel Mandarin Oriental Ritz de Madrid, un espacio cargado de historia, donde tuve el honor de entregarle en mano mi último trabajo, Mystical Origin y también Samsarak en vinilo.

Estábamos sentados muy cerca. Mientras mi mánager le entregaba mis dos últimos trabajos, él me saludaba desde su asiento con una sonrisa sincera, agradeciendo cada uno de los regalos. Fue curioso, porque sin haber cruzado aún una palabra, ya había un respeto mutuo en el aire. Y allí estuvimos, mano a mano, compartiendo lo esencial, la música.

Recuerdo que mientras hablaba con él, los propios miembros de seguridad se sorprendieron al ver que compartíamos una misma afinidad, las guitarras PRS. Me preguntaron si trabajaba con la marca, y al confirmarles que sí, noté una chispa de complicidad que hizo aún más especial el momento.

Estar cara a cara con Santana, intercambiando palabras, compartiendo la emoción por la música y contándole lo importante que ha sido su legado para mi desarrollo artístico… fue algo que jamás olvidaré.

La última vez que vi en directo a Carlos Santana fue hace 25 años, en el Estadio La Peineta, actualmente el Wanda Metropolitano, Madrid. Apenas era un crío, y estaba en plena etapa de crecimiento musical, por aquel entonces yo ya era muy fan de su música.

Mañana volveré a verlo en directo, esta vez en Valencia, pero desde otro lugar. Ya no desde la butaca de un niño que sueña, sino desde el camino de un artista que sigue creyendo en lo mismo.

Gracias, maestro, por tu música. Y gracias a la vida por estos cruces que llegan cuando tienen que llegar.

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